Todo criador sabe que no se debe hacer comparaciones entre ejemplares, ya que cada perro tiene su propio encanto, cada animal tiene su propio toque especial, pero a pesar de eso; todo criador o dogman tiene en mente a un prototipo deejemplar y como el concepto lo dice, es el ejemplar del que quisiéramos llenar nuestro patio sin embargo, sólo hay uno en un millón; así pues, comenzaré por compartirles algo de lo que para mí es, fue y será un completo APBT y del cual estoy muy orgulloso porque formó parte de mi crianza; me refiero a 2xW Aguilar´s Jack.
Jack nació en el Kennel del Sr. Carranza, un amigo dogman; fue producto de la cruza de Carranza´s Yuma con Rocky; Rocky fue un ejemplar que del cual hasta el día de hoy desconozco por completo su ascendencia, pero que poseía una increíble estructura propia de un atlético y completo APBT. Por su parte Carranza´s Yuma fue una excelente reproductora, siempre produjo muy buenos ejemplares para el 4x4 con profundo gameness, y que años más tarde se convirtió en el pilar de nuestra crianza; fue una hembra criada por el señor Nemesio Santander, padre y mentor de los Hnos. Santander (Santander kennels).
Por mi falta de experiencia reconozco que en aquellos años, no me interesaba como ahora, el pedigrí de los ejemplares que poseía, me bastaba con saber que eran hijos de perros game y/o de buena crianza, nada más.
De la camada de Jack nacieron 6 cachorros, los cuales pude ver a los pocos días de nacidos, uno de ellos había salido de color negro con sus “guantes” blancos, color que siempre me ha gustado (y que por azares del destino, jamás he tenido uno) y por lo mismo ese aparté para mí. Cuando los cachorros estaban listos para ser vendidos, fui por “mi negrito”, cuando llegué el cachorro ya estaba limpio y “esperando” para llevármelo, y justo antes retirarme le pedí a mi amigo que me mostrara nuevamente al resto de la camada, entre ellos estaba un color leonado con un “collar” de cabellos obscuros y una delgada línea de pelo negro en su cola, algo más espigado y con una boca un poco más larga que la del negro, y en cuanto a su temperamento, sólo les diré que hasta el más novato hubiera elegido al negro. Pregunté si dicho cachorro ya tenía dueño, y mi amigo respondió que la persona que lo “había apartado” no había depositado nada aún, así que, técnicamente estaba disponible… en ese momento y sin saber el por qué, decidí cambiar a mi negrito por el leonado.
El desarrollo del nuevo cachorro, fue casi como el de cualquier perro, con la excepción de que era demasiado tímido, siendo yo entrenador canino, sometí a Jack a sesiones de adiestramiento de obediencia, guardia y protección desde los 6 meses de edad para ayudarle a mejorar su temperamento e iniciarlo en el mundo del deporte, actividades en las que más tarde se destacó en las pruebas de conformación, guardia, protección y tiro con peso en eventos organizados por la S.M.P.B.T.A., obteniendo varios primeros y segundos lugares.
A esa misma edad Jack tuvo accidentalmente sus primeras riñas con animales de algunos dueños distraídos que se acercaban de más para tratar de intimidarlo, y que en un “abrir y cerrar de ojos” se encontraban dentro de sus fauces y también, durante sus paseos con perros de otras razas. Al cumplir los 12 meses de edad, decidí darle su primera escuela formal contra un ejemplar llamado Jerry, un perro importado de un kennel de USA; aunque Jerry era ya un perro adulto y que pesaba aproximadamente unos 4 kg más que Jack, era un animal inexperto pero mucho más fuerte. La escuela sólo duró unos 10 minutos y durante ésta, Jack solo se centró en defender, y con una actitud tan sumisa (se la pasó con la cola entre sus patas traseras) que jamás tuvo intención de “responder”; aunque sus rayas la pagó bien, su actitud de alguna manera me desalentó.
Su segunda escuela fue aproximadamente a los 16 meses, su contrincante era de un amigo dogman que aunque era más grande y de mordida fuerte, sólo tenía unas pocas escuelas; Jack se mostró con mucha seguridad comparado con su primera escuela y acabó el encuentro en pocos minutos, su contrincante resultó CUR, no pudo resistir las embestidas de Jack y no quiso siquiera pagar su raya. La seguridad que Jack reflejó fue motivante para mí y para el equipo.
Su tercera escuela se le dio cuando cumplió 20 meses, esa vez fuimos invitados a un evento entre reconocidos dogmen de la ciudad de Puebla, allí Jack fue muy distinto y llamó la atención de las personas que se encontraban en el recinto, su contrincante fue un animal de igual peso, pero para decepción de su criador, éste resultó CUR, ya que abandonó la contienda a los 12 minutos, aunque Jack se mostraba cansado, quería seguir combatiendo, así que otro dogman pidió continuar la contienda con uno de sus ejemplares, y accedí (algo que nunca me ha gustado), el segundo ejemplar fue un perro “cuartero” (trabajaba los hombros) pero Jack se mostró muy superior y pidieron que se parara el encuentro a los 10 minutos… hubo un tercer dogman que pidió nuevamente continuar, pero esta ves lo negué. A partir de este encuentro la perspectiva que teníamos sobre Jack cambió radicalmente respecto de su primera escuela.
A los 24 meses y con 24 kg de peso Jack fue enfrentado contra un perro de mucha experiencia, era tiempo de una dura prueba final, el rival era un perro llamado Rocky que poseía una poderosísima boca, un animal 2xw – 2xL de 26 kg de peso y que sus respectivos encuentros habían sobrepasado la hora y media; en dicha escuela fue la primera vez que vi a Jack en serios problemas, durante los primeros minutos estuvo soportando durísimos castigos principalmente al hocico, y lo peor fue que con su experiencia en el ring que tenía Rocky, lo llevo a una esquina y lo castigó severamente sin dejarle hacer asimientos firmes… allí, en esa esquina, Jack hizo algo sorprendente que a todos nos impresionó, se dio un giro sobre Rocky, quedando éste ahora dentro de la esquina en posición tan incómoda que tuvo que soltar su mordida; a partir de allí Jack no dejo de “bailar” (moverse) y de atacar las patas de Rocky. Los dueños de Rocky detuvieron el encuentro a los 15 minutos, posteriormente trajeron otro animal fresco llamado Pato, un animal con experiencia que estaba esperando contrincante para su primer encuentro en ring, con él, Jack se rodó otros 10 minutos más, teniendo el mismo resultado… la dura prueba final que se esperaba duraría de 30 a 45 minutos, Jack lo había resuelto en tan sólo 25 minutos.
En el lugar donde se le hizo el gametest a Jack, se encontraba un hombre que vociferó tener un animal que podría terminar con Jack rápidamente, y como nadie le hizo caso, se me acercó y me preguntó que cuáles eran los planes para Jack, respondí que era momento de buscar su primer encuentro en el 4x4, a lo que sonrió sarcástico y me dijo que con sus perros estaba acostumbrado a ver mejores cosas, que para él, Jack no estaba listo y que no serviría para tal fin, que si quería desengañarme, él tenía un ejemplar de igual tamaño y peso que Jack y que podía acabar con él en poco tiempo; tantas fueron sus provocaciones que accedí a realizar un encuentro más con su fenomenal perro un mes después; antes de retirarme del lugar me advirtió que el encuentro no duraría menos de 30 minutos, ya que no le gustaba parar las contiendas antes de ese tiempo. Llegada la fecha acordada, mostró a un animal mucho más grande y pesado que Jack, tanta era la diferencia en tamaño y peso que dudamos en rodarlos, pero al final accedimos… la historia del encuentro fue la misma en favor de Jack; y ahora que lo pienso, supongo que dicho encuentro no debió haberle gustado aquel hablador, puesto que la contienda sólo duró 12 minutos y fue él mismo quien lo detuvo.
Poco tiempo después, un reconocido dogman de la ciudad de Puebla que estuvo presente en la tercera escuela de Jack y de quien tiene más experiencia en el ambiente, nos ofreció un encuentro en 22.750 kg, mismo que aceptamos; su rival era un perro llamado soldado, un animal muy fuerte que había matado y fracturado a sus rivales en sus escuelas, era un buen rival a quien habían llevado en excelente forma al encuentro; ya en el lugar de la pelea uno de los integrantes del grupo contrario que tenía algo de amistad con nosotros, nos abordó en la entrada del recinto y nos aconsejó que pagáramos el depósito del monto acordado, ya que nuestro animal no tenía posibilidad alguna de salir victorioso frente a semejante monstruo, le agradecimos el consejo pero también advertimos que entonces se pondría bueno el show.
Soldado entró muy fuerte con la intención de atacar el pecho y las patas de Jack, y durante todo el encuentro soldado estuvo empujando durísimo, pero nunca pudo hacerle un asimiento firme, Jack no dejó de moverse ni de sacudir en cada asimiento, se comportó como todo un perro bailarín, mismo que además de “bailar”, tenía una fuerte mordida, pero sobre todo una inteligencia superior como para manejar a su antojo a Soldado y hacerlo cambiar de estilo, soldado se desesperó tanto que dejó de buscar abajo para intentar morder la espalda de Jack; a los 50 minutos de pelea Soldado desfallece en el ring, momento en el que todos creímos que había muerto, pero su finura hizo que minutos después se volviera a poner en pie. Ambos animales pagaron una raya y nuestros contrincantes detuvieron la pelea a los 65 minutos (1 hr con 5 minutos), soldado cerró el encuentro con su raya de cortesía y murió dos días después, en cambio Jack terminó con apenas unos rasguños en la cara y espalda. Algo que Jack tenía y que facilitaba mucho su exitoso manejo en el ring, era la atención y obediencia que prestaba a quien fuera su manejador y dueños, acataba cada instrucción de “sacude”, “vuelta”, “salte de allí”… etc., que dejaba atónitos a los espectadores; algunos dogmen decían que parecía que tenía una “antenita receptora” en la cabeza y que por eso obedecía a la orden… si bien es cierto que las sesiones de obediencia sirvieron de mucho, también reconozco el apego que Jack tenía con su “manada” porque era algo muy especial.
Su segundo encuentro lo pactamos contra un animal llamado Demus en 22.5 kg, un 8xW propiedad de un dogman que se ha distinguido por la excelente forma en que lleva a sus ejemplares; por azares del destino, Demus enferma y muere a los pocos días de haber pactado, así que, el encuentro se vuelve a emparejar con otro de sus animales llamado Nicolás, hermano de camada de una durísima Gr Ch llamada Yuma (5Xw), el encuentro apenas alcanza los 35 minutos; nico abandonó la pelea, pero fue el perro que, después de Rocky (el del gametest), puso en aprietos a Jack propinándole un fuerte castigo en la cabeza, pero que como en todos sus encuentros, Jack había podido sacar provecho de sus habilidades para hacer que su rival cambiara su estilo de combate y lograra salir adelante.
Después de que Jack alcanza su bien logrado y bien ganado 2xW, fue abierto al público y estando así por 1 año. Meses después fuimos invitados a una convención que se realizó en Morelia; encuentro al que no pudimos asistir porque no hubo contrincante en 22.5 kg de peso, durante ese tiempo se sostuvo una ligera conversación con el Sr. Roque Chávez para emparejar a Jack con su famoso perro Llantas, que si no mal recuerdo, en ese momento era 3xW, con quien también no pudimos cerrar trato, puesto que su animal jugaba en 23.5kg, así que Jack continuó abierto al público por medio año más.
Poco tiempo después Yuma la madre de Jack muere por su avanzada edad y la única hermana de camada viva de Jack, fue prestada a un dogman de Xalapa Ver. Para jugar una revancha y la pierde contra una durísima 3xW en tan sólo 25 minutos; Taisha (hermana de Jack) muere a las pocas horas. Estos sucesos hicieron que decidiera retirar a Jack siendo éste muy joven aún y utilizarlo para mi crianza y poder así recobrar parte de su material genético; posteriormente un dogman nos ofreció un encuentro con Jack pero esa vez lo negué.
Cabe aclarar que Jack fue un perro muy centrado, que mientras no se encontrara con perros provocadores podía caminar suelto por la calle, en casa también andaba libre, no molestaba a los demás machos que se encontraban en sus jaulas, tampoco fue un perro devastador, poseía una durísima boca pero no fue por eso que se distinguió, sino por su audaz manera de manejar a sus contrincantes y de sacarlos de quicio, Jack “bailaba” al son que le tocaban, y lo mejor era que hacía que sus rivales cambiaran su estilo para desorientarlos y atacarlos durísimo posteriormente; y más aún, su increíble forma de obedecer las instrucciones de su manejador y dueños, que hicieron de él; un perro fantástico.
Jack fue retirado del ring a temprana edad para vivir una vida de llena privilegios, murió en mis manos el 1 de enero del 2011 debido a su avanzada edad. De su descendencia no puedo decir mucho, no sé qué sucedió, pero la mayoría de sus crías no alcanzaban la edad adulta; sólo puedo decir con certeza que en la ciudad de Puebla se lograron dos machos que jugaron el rol de perros de compañía, y en mi patio, aún conservo a una hija y una nieta de él, y en el estado de guerrero, también están con vida, un hijo y una nieta de, pero que también son perros de compañía y de quienes, al parecer, hay planes de cruzar a éstos magníficos ejemplares. Y es así como resumo la vida de Jack, un perro que fue uno de mis mejores y más completos ejemplares.